Nos complace poder presentar un nuevo foto-ensayo en colaboración con el fotógrafo Furio Ottomani (Savona, 1946). De la mano de su obra iremos recorriendo a lo largo de estos meses la memoria en torno al conflicto balcánico, haciendo especial hincapié en los desplazados, los refugiados y minorías que sufrieron los devastadores acontecimientos de la reciente y convulsa historia balcánica. La destrucción física, los desaparecidos, los desplazados internos, la vida cotidiana a pesar de todo…
Os emplazamos a seguir periódicamente este foto-ensayo contra el olvido…
Furio Ottomani nació en Savona (Italia) en el año 1946. A partir del año 1953, durante cuatro décadas, vivió en Argentina, donde desarrolló parte importante de su actividad profesional y formativa. En el 93 volvió a Italia para llevar a cabo varios proyectos con cooperativas sociales, trabajando activamente con comunidades de inmigrantes y refugiados del área de Acqui Terme.
Además de su labor como trabajador social y educador, desde su juventud Furio Ottomani ha venido trabajando con la fotografía. Terminó sus estudios en el Foto Club de Buenos Aires en el año 1968, y ya desde el año 69 comenzó a participar en varios certámenes y muestras. Ha desarrollado su labor fotográfica en campos muy variados; publicidad, prensa, documental, etc. Y su obra ha aparecido en diversas publicaciones y periódicos regionales.
En el año 2004 se trasladó a España, estableciéndose definitivamente en Castelldefels. Actualmente sigue trabajando como fotógrafo free-lance.
Algunas de las imágenes que en este foto-ensayo les presentamos, pertenecientes al trabajo que durante años realizó en los Balcanes en torno a la vida de los refugiados, aparecieron publicadas en la revista mexicana ITAM, y han sido expuestas en galerías de Serbia e Italia a partir del año 2001.
PRESENTACIÓN
Como el título indica, fue toda una experiencia de vida ingresar en ese mundo, tan hablado por muchos, pero conocido por no tantos. Recorrí por motivos laborales, desde 1999 hasta 2004, diferentes países de esa zona como Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Rumanía, Albania y Kosovo – último país independizado, aunque aún no reconocido por todo el mundo -, un engendro geo-político que aún hoy sigue viviendo de las ayudas internacionales.
Durante el transcurso de esta experiencia, trabajé con una ONG italiana relacionada directamente con ACNUR y luego con OIM.
La fase kosovar, la más prolongada, me permitió conocer ese mundo tan surreal que es el de los desplazados (en el caso de Kosovo no sé si se puede decir extraterritoriales o internos), los refugiados y las minorías étnicas que muchas veces son doblemente castigadas justamente por ser minorías.
En cuanto a países como Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Rumanía y Albania, pude comprobar con mis ojos y mi cámara los cambios (importantes?) que estaban ocurriendo en dichas sociedades tras de la desaparición de la República Socialista de Yugoslavia (la que llegó a unificar tantas minorías étnicas como nacionalidades) y la incidencia de años de conflicto en sus sociedades y finalmente el fin del socialismo en Rumanía y Albania.
Tanto la guerra en esa parte de los Balcanes, como la transición de una economía a otra, produjo grandes cambios, cuyos únicos perjudicados fue una gran parte del pueblo.
Este foto-ensayo tan solo busca documentar la “tragedia humana” de esos cambios, las conclusiones y el porqué de los mismos, queda a cargo del lector. Personalmente, ante la imposibilidad de ser objetivo frente a estos hechos, estoy convencido que a pesar de lo que se diga, desde la prensa oral y escrita, la gente no se despierta un día con el odio hacia su vecino, sino que es fomentado, por intereses geopolíticos que tienden a modificar las fronteras a beneficio de tal o cual país y/o grupo multinacional.
Por último, querría mencionar que la mayoría del material fue realizado entre la más grande minoría étnica de Europa, los gitanos (15.000.000 de personas), distribuidos en todo el espectro geográfico de la misma. Y recalcar como estos siguen siendo el “chivo expiatorio”, muestra de la inoperancia de las políticas de integración llevadas a cabo en Europa. Extrañamente pasaron del sedentarismo al que habían llegado en la R.F.Y. a un nuevo nomadismo sin norte y sin sur, simplemente quedaron a la deriva… puesto que son minorías se pueden “esconder”, ignorando su existencia.