No se pierdan la nueva entrada del foto-ensayo EL ESPEJO ANIMAL (la metáfora animal como instrumento político y propagandístico). Un capítulo dedicado a uno de los principales protagonistas de la metáfora animal, nuestro hermano EL CERDO!
Durante mucho tiempo se considera al cerdo cercano al hombre, como atestiguan las prácticas medievales, la vida cotidiana o los discursos eruditos (…) Debido a su anatomía interna, que hace de él “el animal más parecido al hombre”, está muy presente en todas las enciclopedias y tratados de la Edad Media (…) Los discursos cultos mencionan además su capacidad intelectual. San Buenaventura hace de él el animal más perfecto de la creación, y la escolástica medieval le sitúa entre los animales superiores, los que poseen una vida sensitiva desarrollada. (…)”.
Sin embargo, “La conjunción de la cultura griega con el cristianismo no iba a jugar a favor del cerdo. Los teólogos recuerdan a porfía el texto de san Marcos: el espíritu impuro salió de los hombres para meterse en una piara de cerdos que “se lanzo desde el acantilado y se ahogó en el mar”. El cerdo inicia su descenso a los infiernos. Para San Agustín, Dios envió a los demonios bajo forma de una piara de cerdos, es decir, de los animales más viles. No es de extrañar, pues, que el “lodazal” sea su elemento natural: “A los cerdos les gusta el fango más que el agua pura”, señala Clemente de Alejandría. El fango equivale al placer y el agua a la luz divina. Es la oposición entre el cuerpo y el alma. El cerdo revolcándose en el fango se convierte entonces en el símbolo del pecado.