Anunciamos un nuevo capítulo del foto-ensayo “El espejo animal”. Una vez más volvemos a comprobar la reiteración de determinados motivos iconograficos en la cultura visual popular, observando el similar uso que se ha dado al “bestiario” en buena parte de la “propaganda occidental”.

“Las patas sirven de referencia para medir la distancia que separa al individuo de la humanidad: las almas más viles se reencarnan en serpientes, gusanos o moluscos sin patas, que se confunden con el suelo, que se confunden con su bajeza”.

Es por ello que la tercera acepción de gusano dice Persona vil y despreciable.” Esta indignidad ruin le acerca peligrosamente al demonio y sus múltiples metamorfosis,“Satán tiene sus preferencias, y evidentemente elegirá a los seres más odiosos, más repugnantes (…) le gustan los animales blancos, fríos y viscosos, como son los animales reptantes, gusanos, babosas… opuestos al hombre, que tiene pies, sangre caliente, piel seca, carne dura (…) El Levítico indica que todo lo que repta es inmundo e impuro (…)”.

En este capitulo vemos gusanos de todos los bandos; comunistas, japoneses, fascistas y más de una lombriz hitleriana. Ademas, el gusano amenaza a otro elemento cargado de simbolismo; la manzana. Esta pareja conforma una metáfora política recurrente encarnada en la “teoría de la manzana podrida”. Veremos varios ejemplos en torno a este binomio para seguir ahondando en la recurrente metáfora animal como instrumento propagandístico y deshumanizador.

 

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