Historia del arte y antropología
Encuentros
y desencuentros disciplinares

Pensar las relaciones entre antropología e historia del arte y, sobre todo, las reacciones académicas que se generan al amparo de las mismas, supone adentrarse en un terreno difícil, lleno de aristas y asperezas, de caras y miradas encontradas. Pero como tendremos ocasión de comprobar, también hay un lugar para el encuentro, el diálogo y la colaboración interdisciplinar que, bajo prismas a menudo opuestos, se ve enriquecida con una concesión a la porosidad cuyos ejemplos por desgracia todavía se cuentan en el campo de las excepciones. La intención que perseguimos proponiendo este especial es recoger aportaciones desde múltiples puntos de vista para trazar un posible estado de la cuestión que se aproxime de forma más o menos sintetizadora a la problemática. Y decimos “posible” ya que entendemos que son muchos los estados de la cuestión que pudieran hacerse tan sólo variando el foco de nuestro análisis. Por una lado el foco podrá apuntar hacia la historia del arte, observando cómo se ha venido aplicando el aporte de la antropología como disciplina, qué dificultades han tenido lugar y cuáles son las perspectivas de futuro. Del otro lado, desde la antropología se analizará el impacto que ha supuesto el estudio de las artes visuales, los conflictos historiográficos que se han generado, etc.

En primer lugar consideramos que merece la pena reflexionar brevemente sobre problemas que a priori pueden parecer menores pero que en realidad no lo son: las clasificaciones terminológicas. El campo de estudio de lo visual (objetos, artefactos, acciones, conflictos sociales, etc) puede ser analizado desde la historia del arte, la antropología visual, la antropología audiovisual, la antropología del arte, la antropología de la imagen, los estudios visuales, los estudios de cultura visual, etc1. Cada uno de estos nombres actúa de paraguas para cobijar a un colectivo que muchas veces se preocupa más en diferenciarse que en encontrar puntos de encuentro y de colaboración. Son muchos los trabajos teóricos que se publican con el “oculto” fin de acotar un territorio o una metodología determinada pero no es ahora nuestro propósito enumerarlos. Esta convocatoria persigue animar a la reflexión y al debate sobre éstas y otras cuestiones tanto desde puntos de vista teóricos como de aplicación práctica a determinados casos de estudio.

Recientemente se ha puesto de manifiesto un estimulante interés por la antropología (desde la historia del arte) que se ha materializado en congresos, exposiciones, libros, etc. Por poner alguno de estos ejemplos, recordamos que en 2007 tuvo lugar un importante coloquio internacional titulado “Historia del arte y Antropología” organizado por el Comité francés de Historia del arte (CFHA) y el Instituto Nacional de Historia del Arte (INHA) aprovechando la reciente creación del musée du quai Branly de París en el año 20062. En él se encontraron, entre otros muchos, historiadores del arte como David Freedberg o Georges Didi-Huberman y antropólogos como Philippe Descola o Roberta Bonetti para debatir sobre los puntos de contacto, divergencias o implicaciones en otros frentes como la museología de ambas disciplinas3. Sin duda encuentros de este tipo son fundamentales pues consiguen dinamizar y arrojar luz sobre temas tan resbaladizos. Bajo este mismo impulso, el musée du quai Branly creó en junio de 2006 el proyecto “GDRI: Antropología e Historia de las Artes” a modo de red de investigación agrupando a las instituciones francesas e internacionales con una importante presencia de latinoamericana (la Universidad de Río de Janeiro (Brasil), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) (México)). Pero ¿cuál es la orientación de estas nuevas tendencias de estudio? ¿Van todas por el mismo camino o se plantean desde perspectivas diferentes?

Con la paulatina desmembración de los imperios coloniales el objeto (exótico) de estudio tradicional comenzaba a ser cuestionado y se tuvo que proceder a una reinvención de la disciplina4. Este proceso ha sido extensamente teorizado y existe multitud de biografía sobre ello, pero por el contrario el análisis de los objetos “artísticos” realizado por los antropólogos ha cambiado muy poco. Aparecen sin cesar publicaciones y exposiciones que bajo el barniz de estudios antropológicos de arte nos presentan colecciones y catálogos carentes de toda sensibilidad en los que las piezas pasan a ser objetos estetizados bajo unos presupuestos que nada tienen que ver con sus verdaderos orígenes. Una línea muy diferente será la defendida por Hans Belting en su obra Antropología de la imagen aparecida en Alemania el año 2002 quien propone trasladar la mirada al cuerpo, el verdadero “lugar de las imágenes”. Para desarrollar en profundidad estas ideas, en el año 2000 Belting inició en la Hochschule für Gestaltung de Karlsruhe un nuevo programa de estudios titulado “Bildanthropologie. Image-Media-Body” (Antropología de la imagen. Imagen-medio-cuerpo) a partir del cual preparó la publicación que comentamos. La propuesta era ambiciosa y muy novedosa y es que según el autor “sólo es posible indagar acerca de la imagen por caminos interdisciplinarios que no le temen a un horizonte intercultural”. Belting dibuja en este libro una concepción de la imagen muy abierta pero concreta, reconociendo que son múltiples las definiciones que actualmente se manejan en diferentes escritos creando con ello una confusión difícil de ordenar. Para solucionar este conflicto el alemán incorpora el enfoque antropológico con la intención de estudiar las imágenes en tanto que éstas atañen al ser humano5. Esta solución le distancia notablemente con las posturas más conservadoras de la historia del arte y de hecho Belting prescinde de la palabra “arte” (y la historia del arte) en favor de una nueva ciencia de la imagen que amplíe el campo visual a aquellos objetos olvidados o rechazados por los historiadores del arte (como las figuras de cera que estudió Schlosser o las imágenes de propaganda que estudió Warburg).

Comprobamos que son muchísimas las líneas que se abren bajo esta propuesta todavía no abordada suficientemente. A menudo oímos la idea del “giro antropológico” del arte, pero es muy poco lo que se concreta al respecto. El arte contemporáneo está asimismo viendo cómo la antropología comienza a revelarse como una herramienta fundamental para entender sus complejidades, y sin embargo todo esto queda absolutamente alejado de los programas universitarios y lejos de los intereses de la mayoría de los investigadores. Creemos que es el momento de acometer este debate y por ello desde la Revista Sans SoleilEstudios de la imagen proponemos este especial abierto a vuestras colaboraciones.

Palabras clave:

Sobre las diciplinas:

-Historia del arte, antropología, interdisciplinariedad, antropología visual, estudios visuales, estudios postcoloniales.

Sobre los objetos de estudio:

-Obra de arte, objeto artístico, artefacto, objeto visual, arte primitivo, documental, ensayo visual.

Notas:

1Si bien alguno de estos términos son realmente sinónimos, la enumeración persigue incidir en las marañas de términos en las que tantas veces nos vemos enfrascados.

2Aunque en este caso es más correcto decir que el interés fue por la historia del arte, de parte de la antropología.

3Una parte de las actas del coloquio ha sido publicada en el año 2009: Dufrêne, Thierry y Anne-Christine Taylor. Cannibalismes disciplinaires. Quand l’histoire de l’art et l’anthropologie se rencontrent. Paris: INHA y Museo del quai Branly, 2009.

4Veáse el ilustrativo ensayo elaborado sobre este particular por Josep R. Llobera (1999).

5Apunta Belting: “uno se encuentra con un nuevo problema en la objeción de que el estudio de la antropología se refiere al ser humano, y no a las imágenes. Esta objeción demuestra precisamente la necesidad de lo que cuestiona”

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